Descripción
Este libro pretende ofrecer una contribución original a los debates sobre biopolítica que vienen sucediéndose desde hace décadas en campos tan diversos como la bioética, la filosofía política, la neurociencia y la ontología. Para ello, los autores parten del complejo concepto de biopolítica desarrollado por Michel Foucault, Giorgio Agamben, Roberto Esposito y Michael Hardt & Antonio Negri y, teniendo en cuenta sus múltiples articulaciones y contradicciones, proponen no su substitución, sino profundizarlo con las miras puestas en las condiciones políticas, jurídicas, económicas y culturales que a día de hoy caracterizan a nuestras sociedades, las cuales ya no pueden ser leídas simplemente como sociedades disciplinares, de control, del consumo o del espectáculo. De hecho, el capitalismo neoliberal acabó por fundir esas variantes en una amalgama indiferenciada y mutante que niega cualquier narrativa o vivencia que no se someta a sus dictámenes cuantitativos, nootrópicos y autocontroladores. Estos se traducen en una bioartzquía en la que el poder médico-farmacéutico se conjuga con tecnologías y dispositivos de (des)subjetivación orientados a la creación de un mundo “productivo” y emprendedor, estúpido y concentracionario. Es en ese sentido que únicamente un pensamiento biopotente puede desactivar los mecanismos bio-, tanato- y necropolíticos usados por el capital para autorreproducirse. Apostando por categorías de pensamiento que no se someten a las díadas tradicionales del léxico filosófico-político, este libro presenta la dimensión radical, común, inoperativa, impersonal y fluida de una vida singular que emerge de sí misma en tanto resistencia inasimilable, es decir, como bioemergencia. Para ello, son manejadas una serie de dimensiones críticas (filosóficas, literarias, científicas etc.) a la vez que se establecen diálogos con pensadores fuertemente indisciplinares o independientes —que vienen a sumarse a los clásicos ya citados— tales como Gilles Deleuze, Simone Weil, Emanuele Coccia, Judith Butler y Nikolas Rose, entre muchos otros. De esa mezcla surge la potencia de la vida en todo su exceso (auto)(des)constitutivo, en constante lucha contra los (micro)(macro)poderes que pretenden domesticarla