Descripción
La ciudad no es la individualidad. En la ciudad predomina lo relacional, vemos las cosas, los edificios, sí, pero los vemos al mismo tiempo, unos en relación a los otros, al lado o delante. Edificios notables y edificios banales, pero que juntos forman conjuntos magníficos. Esta es la mejor paradoja de la ciudad. La ciudad se convierte en el contraste, en el elemento contra el que juzgamos, en el gran escenario de la actividad, entre otros motivos, porque la ciudad es el predominio del uso de las cosas. La sola visión de una ciudad vacía resulta, pasados unos momentos, si perdura, una idea y un lugar terrorífico. nn